
¿Solidaridad o hipocresía? Tanto hablar de paz con el lema "no a la guerra" y sin embargo el secretismo oficial que envuelve el comercio de armas en España, impide conocer la situación real de un mercado muy rentable que destruye vidas... Una actitud hipócrita del que ningún gobierno de la democracia se salva; Por una parte pretenden dar una imagen amable y solidaria y por otra siembran de desolación al mundo, destrozan familias y mutilan vidas.
Es más cómodo mirar para otro lado.

Hay todavía más de 110 millones de minas sembradas, listas para explotar en 64 países, y 100 millones más permanecen almacenadas.
Según estimaciones de diversas organizaciones, las minas producen en todo el mundo cerca de 1.400 muertes y 780 mutilaciones al mes. La mayoría de las personas que sobreviven a la explosión de una mina quedan traumáticamente mutiladas, perdiendo brazos y piernas, que es lo que se procura porque supone una carga adicional para el enemigo. http://www.icbl.org/tools/banned
Desminar una superficie equivalente a un campo de fútbol, que se siembra de minas en una hora, supone 3 meses de trabajo y en vidas humanas (por cada 5.000 minas neutralizadas 1 persona muere y 2 quedan heridas).
"... Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos..."
Discurso pronunciado por Gervasio Sánchez (periodista y fotógrafo) durante la pasada entrega de los premios Ortega y Gasset de fotografía por su proyecto "Vidas Minadas" organizada por El País, y que a más de uno se le atragantó el canapé, y han condenado a este formidable fotógrafo al silencio.
El propio Gervasio Sánchez presenta su excelente proyecto en el siguiente vídeo.
Queda mucho por hacer; 42 países que conforman un arsenal de entre 180 y 185 millones de minas siguen sin adherirse al Tratado de Ottawa en 1997. Entre ellos se encuentran tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, China y Rusia), la mayor parte de Oriente Próximo, la mayoría de las ex repúblicas soviéticas y muchos países asiáticos.
El 'Landmine Monitor' identifica todavía a quince países productores, 110 millones de minas siguen activas y la plantación cada año de alrededor de 2 millones.
Por otro lado, la evolución de la prohibición de las minas antipersona en España ha sido también positiva. España usó por última vez en 1975 minas antipersona, su exportación fue prohibida en 1994 y la producción cesó oficialmente en 1996. En 1998 se aprobó la ley sobre la prohibición total de las minas antipersona y armas de efectos similares, convirtiéndose España en uno de los pocos países del mundo con una ley de estas características.
Debemos felicitarnos por este logro, pero para ganar un poco en coherencia España debe dejar de fabricar otro tipo de armas como las BOMBAS DE RACIMO http://www.stopclustermunitions.org/media/videos/ similares a las que ha usado Israel en Gaza. En la imagen una bomba de racimo que no explotó

Las bombas de racimo contienen un dispositivo que, al abrirse, libera un gran número de pequeñas bombas. Estas sub-municiones causan diferentes daños, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva o alcanzar y herir a la mayor cantidad de gente posible con sus fragmentos de metralla o comenzar incendios. Además muchas no estallan en el momento y actúan como minas antipersonas.
http://www.minesactioncanada.org/peoples_treaty/index.cfm?fuse=Videos.Index
El Gobierno de España da la impresión de padecer esquizofrenia; por un lado ratifica la Conferencia de Dublín contra el uso de “bombas de racimo”, y por otro, ocupa uno de los primeros lugares en fabricación y compra de estos mortíferos artefactos. Así, en los últimos cuatro años ha gastado 3,18 millones de euros en “compra y mantenimiento” de bombas de este tipo.
